En el Palacio de La Moneda, este miércoles 22 de noviembre, participaron de la ceremonia “Patrimonios Inmateriales en Chile: Reconocimiento a sus Comunidades y Territorios”, La Red de ganaderas y ganaderos de camélidos sudamericanos del Territorio Biocultural Andino, y los Arrieros de Antuco, de la región del Biobío. Ambas organizaciones trabajan con Servicio País y en conjunto lograron postular para que estas prácticas históricas fueran reconocidas por el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través de la Subdirección de Patrimonio Cultural Inmaterial.
En el caso de la ganadería camélida, en 2020 se conformó una red de ganaderas y ganaderos de camélidos del territorio biocultural andino, que reúne asociaciones y comunidades dedicadas a esta práctica, desde General Lagos en Arica y Parinacota, hasta Copiapó en la región de Atacama. En estos tres años han obtenido importantes logros, entre ellos destaca la creación de una mesa técnica tri-regional de articulación con el Minagri y tres mesas de carácter regional. Además, luego de 10 años, en julio pasado se llevó a cabo, en la ciudad de Arica, un Congreso Internacional de ganadería camélida que contó con ganaderas, ganaderos y expertos nacionales e internacionales. Actualmente están promoviendo una ley de fomento y salvaguarda para el Estado de Chile que potencie el desarrollo del sector, con un enfoque integral que incluya un reconocimiento y desarrollo de los aspectos culturales, sociales, económicos y ecológicos que están involucrados en este tipo de ganadería, especialmente de cara al año internacional de la ganadería camélida promovido por la ONU y la FAO.
En mayo de este año obtuvieron el reconocimiento de la ganadería camélida altoandina como Patrimonio Cultural Inmaterial de Chile, el cual fue entregado presencialmente a través de esta ceremonia en La Moneda.
Esta es una tradición que se remonta los 5 mil años de antigüedad y encierra dinámicas productivas que van desde la producción de carne y sus derivados culinarios como el charqui, el trabajo con la fibra y sus procesos artesanales textiles, hasta el turismo comunitario indígena y de intereses especiales. La imagen de llamas y alpacas pastando en el altiplano de nuestro país es característica en postales de turismo, sin embargo, esto podría desaparecer porque las cabezas de ganado vienen registrando una merma sistemática en las últimas décadas, a diferencia de lo que pasa en Perú, Bolivia o Argentina.
Rolando Manzano, uno de los representantes de la Red de ganaderas y ganaderos de camélidos comenta que “con este reconocimiento se abren oportunidades para salvaguardar el patrimonio inmaterial que envuelve a la crianza altoandina de llamas y alpacas. Este reconocimiento marca un hito para la identidad de nuestro país, puesto que viene a reconocer la importancia histórica que tiene la ganadería camélida altoandina para las primeras naciones y el territorio biocultural andino de Chile”.
En el caso de los Arrieros de Antuco, ellos tienen sus orígenes hace cientos de años, y se dedican a mover al ganado de un lugar a otro en búsqueda de alimento, específicamente bovinos, ovinos y caprinos durante los meses de verano, entre diciembre y abril. En esta época suben hacia parajes cordilleranos denominados veranadas, compuestos por miles de hectáreas donde se trasladan los animales a alimentarse de mejor forraje, para su posterior comercio o consumo propio.
Resultado de la constante interacción con la naturaleza, los arrieros a lo largo de los años han adquirido acabados conocimientos cordilleranos heredados mediante transmisión oral, que les han permitido dominar saberes meteorológicos y conocimientos geográficos, siendo la “huella arriera” los caminos surcados durante generaciones de familias en la cordillera. Arrear es una actividad mayormente masculina, donde el arriero montado en su caballo, sus perros pastores, y en ocasiones una mula de apoyo, replican todo lo que desde la edad de 7 u 8 años veían y escuchaban hacer a sus padres o abuelos, transformándolo paulatinamente y sin conciencia en parte de su identidad, forma de vida y subsistencia.
“Ser patrimonio para nosotros es algo muy importante, ya que ha sido un trabajo desde siempre, todo el pueblo de Antuco viene de familias arrieras porque no había otro trabajo en el lugar. Nos sentimos muy orgullosos de conservar esta tradición, estamos luchando para que esto siga con las futuras generaciones y no muera en el tiempo. Agradecemos además el apoyo de los jóvenes de Servicio País, ya que han sido fundamentales en el trabajo de salvaguarda”, comenta Javier Sepulveda, Presidente de la Agrupación de Arrieros y Crianceros Galopes de Antuco.
Catalina Littin, Directora Ejecutiva de Fundación Superación de la Pobreza- SERVICIO País comenta que “como Fundación creemos que es fundamental promover el desarrollo local sobre la base del patrimonio biocultural de las propias comunidades, tomando en cuenta las riquezas culturales y ecológicas. No solamente debemos pensar el desarrollo desde los commodities y la explotación irracional de nuestros recursos naturales, es por eso que estamos muy contentos por el reconocimiento entregado a estas dos comunidades cultoras que han sido acompañadas por Servicio País, y que forman parte de expresiones que dan cuenta del Chile maravilloso y profundo que no solemos ver, pero que nos puede enseñar muchísimo”.
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