El beneficio se enmarca en el programa “Transferencia Agregación de valor a productos Pesca Artesanal Región del Biobío”, el que es financiado por el Gobierno Regional del Biobío.
Cuatro son las beneficiarias, pescadoras artesanales y recolectoras de orilla de la costera comuna de Tirúa, quienes recibieron las llaves de sus salas de procesos, espacio con el que avanzarán hacia la formalización productiva y la producción de productos del mar con valor agregado. Se trata de Celmira Cifuentes, Yanet Gfell, Regina Liviqueo y Patricia Cuevas.
La apuesta del GORE Biobío es, a través del programa “Transferencia Agregación de valor a productos Pesca Artesanal Región del Biobío”, implementar soluciones tecnológicas para avanzar en la resolución de las brechas productivas y sanitarias que presentan los emprendimientos asociados a los productos extraídos de la pesca artesanal. La finalidad es fortalecer y consolidar iniciativas con potencial para convertirse en negocios formales, sustentables y auto gestionados.
Patricia Cuevas, una de las cuatro beneficiarias, se manifestó agradecida por la adjudicación de su micromódulo. En su opinión, los beneficios que traerá dicha adjudicación serán múltiples.
“En primer lugar, porque voy a poder trabajar de manera formal, con una resolución sanitaria que me permite vender formalmente y sacarle el mejor valor agregado a los productos que ya estábamos produciendo como familia, pero que ahora con esta instalación, que está completamente equipada, nos va a permitir consolidar nuestra empresa familiar”, afirmó la pescadora artesanal.
Regina Liviqueo es recolectora de orilla y vive en Quidico. Recuerda que, durante el desarrollo del programa, “nosotras nos capacitamos, aprendimos deshidratado, ahumado, congelados y conserva, lo que nos permite ampliar respecto de lo que teníamos pensado en un inicio”.
Además del micromódulo, la mujer de mar reconoce que se ha beneficiado del conocimiento adquirido. Con este beneficio, Liviqueo tiene la intención de “generar empleo (…). En Quidico necesitamos más fuentes laborales y queremos ser partícipes y aportar en ello”, aduce.
“Sin duda este beneficio va a ser muy importante porque nos va a ayudar a vender nuestros productos con su resolución sanitaria, que es a lo que nosotras apuntamos”, cerró.
Concurso
Para la adjudicación de los 30 micromódulos, el programa abrió un concurso público, dirigido exclusivamente a pescadoras y pescadores artesanales de la región del Biobío. Los resultados de dicho concurso fueron publicados en abril pasado en el sitio web de Fundación Chinquihue.
Cada uno de los micromódulos cuenta con un área de 18 m2 y está dividido en dos áreas de trabajo, denominadas como “área sucia” y “área limpia”. Cuentan, además, con un equipamiento base y estandarizado. Adicionalmente, tienen equipamiento específico para desarrollar una de las cuatro líneas productivas elegidas que propone el proyecto, esto es elaboración de productos en conservas, congelados, ahumados y/o deshidratados.
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