Cierre de Huachipato: No lo vimos venir

20240117_092743Marcelo Gutiérrez Delgado

Académico Ingeniería Comercial

Universidad Andrés Bello

En razón a la lamentable noticia recién publicada en medios de prensa, respecto del cierre paulatino de las operaciones de la siderúrgica Huachipato, no queda más que volver a la célebre frase de hace algunos años: “No lo vimos venir”. Hoy muchos rasgan vestiduras, respecto de lo que se pudo haber hecho, esparciendo culpas cruzadas desde una vereda a otra, pero la pregunta esencial es, ¿Cómo ningún experto, interno o externo a la compañía, pudo advertir en sus análisis de proyecciones futuras los efectos negativos, frente a los resultados y observaciones internas en los últimos años?

Todos, los que hoy están en cargos relevantes, públicos o privados, sabían de las condiciones y resultados de la compañía y apuntaron a un escenario que solo los favorece, como es la aplicación de las salvaguardias. Lamentablemente estas han sido estimadas como insuficientes, debido al gran dinamismo del sector industrial y los efectos colaterales que pudieran provocar.

Posiblemente los esfuerzos están en el desarrollo del mercado del acero verde, tal como lo indica la misiva de la Compañía Siderúrgica Huachipato, CSH, pero si no aprendemos de la lección de hoy, no seremos capaces de lograr la tan anhelada eficiencia y excelencia en la industria. Entonces, la propuesta de la comisión no resolvía la problemática de fondo, que es el alto costo de producción que hoy se declara en la empresa, y por ende su baja competitividad en el mercado de consumo, junto a otros factores exógenos.

Hoy, se nos presenta una gran oportunidad para revisar profundamente las gestiones y resultados de las compañías sectoriales de nuestro país, propiciando acciones que anticipen y eviten colapsos como el descrito públicamente hoy por la empresa.

Somos un país y una región resiliente, pero no por eso debemos seguir esperando los embates, tenemos las capacidades instaladas para efectuar, proponer y propiciar los cambios necesarios a corto y mediano plazo, no esperemos el golpe, actuemos hoy.

Como se señala en la carta de la usina, la CSH ha estado presente en la historia de Chile durante más de 70 años. Con el acero producido en ella se han levantado obras emblemáticas a nivel nacional, como puentes, túneles, edificios y otras infraestructuras críticas que han sustentado de manera crucial al desarrollo del país. No puede desaparecer.

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