Especialista destaca la necesidad urgente de adoptar medidas preventivas y realizar controles cardiovasculares tempranos para enfrentar esta creciente amenaza en la población joven.
Las estadísticas son alarmantes, el infarto al miocardio es la principal causa de muerte en adultos en Chile, con aproximadamente 6000 fallecimientos anuales. Aunque la incidencia de infartos aumenta con la edad, el 10% de ellos ocurren en personas menores de 40 años. La Dra. Claudia Unda García, académica de Medicina de la Universidad Andrés Bello y médico familiar dedicada a la Cardiología desde hace más de una década, explica que recientemente se ha observado un aumento en los casos de infarto en personas jóvenes.
“Efectivamente -señala la profesional- cada vez se presentan más casos en menores de 40 años y se debe a que uno de cada tres mayores de 23 años son hipertensos sin saberlo, por la comida chatarra, la obesidad , el tabaquismo , el sedentarismo, el estrés emocional , el uso de drogas prohibidas, el consumo excesivo de alcohol, consumo alto de azúcares (bebidas por ejemplo), el aumento de la lipoproteina A y ahora está en estudio la relación con COVID y las dietas de ayuno intermitente que pudieran afectar en cierto modo”.
Detalla que un infarto al miocardio, comúnmente conocido como ataque al corazón, ocurre cuando se obstruye la circulación de sangre en una de las arterias coronarias, lo que causa dolor en el músculo cardíaco debido a la falta de sangre. Se diferencia de un paro cardíaco, donde el corazón deja de latir completamente y puede resultar en muerte inmediata sin reanimación, el infarto permite que el corazón continúe latiendo y bombeando, aunque el músculo afectado puede morir si no se trata a tiempo.
La edad promedio de infarto en hombres chilenos es de 64 años y en mujeres es de 74 años. Además, los hombres tienen una mayor mortalidad, con un 24% falleciendo antes de llegar a un hospital. En aquellos menores de 50 años, los factores de riesgo más importantes para sufrir un infarto al miocardio incluyen la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y la alimentación poco saludable. En mujeres jóvenes, el cigarrillo y el estrés emocional son factores particularmente influyentes.
Pronóstico y Prevención
Para los jóvenes que han sufrido un infarto, el pronóstico a largo plazo incluye un alto riesgo de insuficiencia cardíaca, nuevos infartos y arritmias. La Dra. Unda recomienda controles frecuentes con un cardiólogo, idealmente cada 3 o 4 meses, y rehabilitación cardíaca supervisada por un equipo kinesiológico. Además, es crucial realizar ecocardiogramas para evaluar la presencia de insuficiencia cardíaca y adaptar el estilo de vida con una dieta saludable, ejercicio regular y la eliminación de factores de riesgo como el tabaquismo y el estrés.
Estos controles cardiovasculares deben comenzar a partir de los 35 años en personas sin factores de riesgo. Para aquellos con hipertensión, diabetes, tabaquismo, obesidad o uso de drogas ilegales, los controles deben empezar mucho antes.
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