Respecto a mi salida del Gobierno Regional del BioBío, vengo a señalar que dejo mi cargo en completa tranquilidad no sólo de conciencia sino que también de acción.
Para clarificar instruí oportunamente una auditoría interna y un sumario administrativo que desembocó en una querella ante el Ministerio público, cumpliendo así con la obligación como funcionario de informar o denunciar eventuales irregularidades de las que se tomen conocimiento.
Dicha investigación, arrojó antecedentes sobre el actuar deficiente de una funcionaria (hoy alejada de su cargo) y es en base a esos resultados que el Gobierno Regional denunció los hechos ante la Fiscalía. Resulta insólito, que la misma persona responsable de hechos constitutivos de investigación, pretenda hoy figurar en los medios como quien entrega a la prensa información sobre supuestas inacciones.
En ningún caso he actuado ni con negligencia, ni desidia. En los más de 20 años como funcionario público en distintas instancias del Estado, he sido testigo de grandes logros en beneficio de las comunidades y los territorios más allá de las pujas políticas y partidistas. Hoy sin embargo es abrumador el nivel de falsedades y destrucción sin miramientos sobre la vida profesional de terceros.
Los intereses políticos, que exceden hoy la contingencia administrativa, quedarán al descubierto. Los intereses mezquinos de algunos también.
Poner mi cargo a disposición en dos ocasiones y finalmente presentar mi renuncia voluntaria es la forma de hacerme cargo de la responsabilidad política y apoyar la transformación que estima realizar el Gobernador Rodrigo Díaz, quien ha liderado con profesionalismo el desarrollo para la Región del Biobío y el proceso de descentralización que inició nuestro país.
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