Amarrar el cordón umbilical con lana roja u ofrecer agua al bebé es parte de lo que hoy se realiza en Talcahuano, donde se intenta avanzar en multiculturalidad. En la Universidad Andrés Bello profesionales del área relataron algunas experiencias al respecto.
Parir en sentadillas o cuclillas sujetas con un cordel, tener el acompañamiento con una machi o de sus familiares con la vestimenta típica, tener música propia de su pueblo originario, poder comer una cazuela de gallina de campo, o darle su primera cucharada de agua al bebé, son algunas de las costumbres que tienen las mujeres indígenas en el momento del parto, que hoy se intentan retomar a nivel de Salud en la Región del Biobío.
Cada vez con mayor frecuencia se visibiliza en los centros de salud la importancia de asistir el parto con respeto y humanización en los pueblos indígenas, considerando su cultura y diferentes puntos de vista frente a esta temática tan relevante para la salud sexual y salud reproductiva de la gestante.
En Talcahuano, por ejemplo, “este trabajo comenzó en 2003, a través de los Pespi o Programas Especiales de Salud de los Pueblos Indígenas en los Servicios de Salud, y con los años llegó al Hospital Higueras, donde lo primero que se contrató fueron facilitadoras interculturales, quienes incorporaron machis a las capacitaciones con las matronas, para que ellas pudieran sensibilizar a cómo traer un nuevo hijo al mundo”, comentó Jenny Paillalef, coordinadora de la Oficina de Asuntos Indígenas de la Municipalidad de Talcahuano.
En el marco del conversatorio “Parto Respetado Intercultural”, organizado por la carrera de Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad Andrés Bello, entidades de Salud local, Sernameg y el municipio de Talcahuano, Paillalef precisó que lo que hoy se hace a nivel del Servicio de Salud Talcahuano, en los hospitales Higueras, Penco Lirquén y Tomé, es que se respete interculturalmente el parto de las mujeres indígenas, de cualquiera de los 10 pueblos originarios de Chile.
Sin embargo, agregó, no ha sido fácil realizar este trabajo por tratarse de una cultura diferente, “porque ha costado incorporar a los artículos del Minsal respetar la salud de los pueblos originarios de manera intercultural. Necesitamos que existan facilitadores interculturales a nivel de Cesfam, para ampliar este trabajo a las comunas”. De hecho, en Talcahuano hay 6 mil 545 personas de distintas edades, con su certificado de calidad indígena.
Cristian Ramírez, profesional de apoyo del programa “Mujeres, derechos sexuales y reproductivos”, del Sernameg y la municipalidad de Talcahuano, precisó que esta actividad se enmarca en la conmemoración del día mundial de la salud sexual en la mujer y el día internacional de la mujer indígena. “Con esta actividad buscamos visibilizar el derecho de las mujeres indígenas al parto respetado, lo que significa respetar las costumbres que han tenido desde sus ancestros y ajustar los procedimientos de salud actuales de los profesionales del área”.
Una línea importante, desde esa perspectiva, es incorporar estas temáticas a la formación de quienes se desempeñan en el área salud. Romina Bustos, académica de Obstetricia UNAB sede Concepción-Talcahuano, explicó que en plantel “ya está integrado el tema del parto respetado en la carrera y por eso consideraron que es un tema importante para conocer para los estudiantes. Además, “es importante que las mujeres, no solo las de las comunidades indígena, sepan que el cuerpo es suyo y que ellas pueden decidir cómo parir”, manifestó.
Aceptar el cambio
Doris Henríquez, matrona jefa de Gestión del Cuidado de Matronería del Hospital Las Higueras, explicó que el trabajo se hace con las mujeres indígenas. “Las entrevistamos, ellas nos entregan su plan de parto, donde nos dicen todas las cosas especiales que querían tener en ese momento, en el que va además incluida la entrega de placenta. Fuimos pioneros en nuestro hospital, ya que además tenemos las salas de parto integral, donde la mujer se queda todo el tiempo desde su parto, con su bebé y el mismo equipo médico”.
Trabajo que no fue fácil, porque debió trabajarse en las aprehensiones del personal de Salud, ante el cambio, e integrarlos a todos en el proceso. “Por ejemplo, en darles agua, les damos agua estéril y no de la llave. Esterilizamos la lana roja, para atar el cordón umbilical, cosas así”, explicó la profesional, quien aseguró que se debe masificar la infraestructura hospitalaria para masificar este tipo de prácticas.
Natalie Paul, matrona supervisora de Urgencias del Hospital Las Higueras, indicó que “en la actualidad el rol de la Matronería es más amplio, hoy el parto se basa en la personalización de la atención, en el respeto y en la aceptación de diferentes culturas. Hoy hay muchos migrantes, tenemos pacientes venezolanas, haitianas colombianas, entonces es necesario que los estudiantes abran la mente en relación con el desempeño que realizamos como profesionales”, finalizó.
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