Esto para hacer frente a un número cada vez mayor y más sofisticado de estafas, que pueden ser telefónicas, online y en cajeros automáticos, entre otras modalidades.
Ante el alza sostenida que han experimentado los fraudes bancarios durante los últimos años, Santander ha lanzado su campaña “¡Córtale a las estafas!”, para así saber identificarlos y, de esta manera, frenar las actividades ilegales donde individuos u organizaciones manipulan de manera fraudulenta el dinero o fondos de una persona o entidad financiera, con el fin de obtener ganancias ilícitas.
“Solo en 2023 los usuarios de la banca nacional reportaron más de US $250 millones en fraudes, la cifra más alta hasta ahora. Esto da cuenta del nivel de sofisticación y masividad con que se está intentando estafar a las personas, por lo que se hace necesario enfrentar esta situación y concientizar sobre las formas en que operan estas organizaciones y cómo identificarlas”, explica el gerente de Riesgo Tecnológico y Operacional de Banco Santander, Juan Pablo Prat.
Hoy son varios los métodos de estafa que se emplean, con una creciente complejidad y uso de tecnologías. Los más comunes son:
● Phishing: Se utiliza para acceder a datos personales o bancarios de las personas, principalmente a través de e-mails que solicitan información. Por eso es necesario prestar atención a la dirección del correo, si quien lo envía resulta familiar e incluso si uno estaba esperando ese e-mail. Santander nunca enviará links para ingresar o solicitará la entrega de datos personales.
● Smishing: Es una forma de estafa para obtener información privada a través de un mensaje de texto SMS. Es importante mantener una actitud de reserva hacia mensajes o SMS inesperados que soliciten datos sensibles, acceder a un enlace web o utilizar un código QR. Para evitar caer en este tipo de engaño, es necesario fijarse en el número telefónico, pues podría tener menos dígitos, contener links que ofrecen alguna solución, intentar generar alerta o aprovechar una oportunidad.
● Vishing: Al igual que el phishing y el smishing, apunta a obtener datos personales y/o bancarios de los usuarios; pero en este caso el fraude se comete a través de una llamada telefónica, engañando a la víctima mediante la suplantación de la identidad de un tercero de confianza. En ocasiones es difícil distinguir si la llamada es fraudulenta o no, pues quien llama intenta manejar un lenguaje técnico y puede disponer de información sobre uno mismo o sus familiares.
● Qrishing: A través de un código QR, alguien accede a los datos personales del usuario. El QR llega a través de correos, SMS o pueden estar impresos y adulterados. Ante esta situación, es necesario mantener una actitud de reserva hacia códigos QR
sospechosos o desconocidos. Santander nunca enviará códigos QR por SMS o e-mail.
Para poner a prueba los conocimientos de los usuarios, la campaña incluye una experiencia interactiva para saber identificar las distintas modalidades de fraude recién explicadas. Esta muestra una serie de vídeos que plantean situaciones en las cuales debemos elegir la opción correcta para no caer en posibles fraudes.
“La educación financiera no solo radica en importantes conceptos como el ahorro y la inversión, sino también en saber identificar actividades que pueden poner en riesgo nuestro dinero o datos personales, y es por eso que en Santander hemos querido reforzar estos conocimientos”, concluye Juan Pablo Prat.
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