La calefacción y el aire seco del invierno pueden causar sequedad ocular y otros problemas de visión. Este 1 de junio comienza el invierno climático y el 20 de junio el equinoccio marcará el inicio formal de la estación. A prepararse.
Mayo dejó registros históricos en cuanto a las bajas temperaturas, convirtiéndose en el más frío de los últimos 60 años. Con la llegada de junio inicia también el invierno y ya se pronostica frío mayor al habitual en algunas regiones de la zona central. Se trata de una de las estaciones que más afecta y sensibiliza al cuerpo humano y esto incluye los ojos.
La académica de Tecnología Médica UNAB Concepción y coordinadora de la Mención Oftalmología, María Soledad Fierro Villa, advierte que “que el frío, la lluvia y la nieve generan sequedad ocular al alterar la función de la lágrima, el párpado y las pestañas. En los últimos días, las bajas temperaturas nos han obligado a mantener el uso de la calefacción por periodos prolongados, causando resequedad en el ambiente y, como consecuencia, molestias oculares”. Por ello, asegura, es crucial prestar atención al cuidado de nuestros ojos durante esta época.
Evaporación de nuestras lágrimas
La sequedad ocular se manifiesta como una disminución de la lubricación y la humedad que normalmente protegen las capas expuestas del ojo al medio ambiente. Las lágrimas, encargadas de mantener este equilibrio, disminuyen su producción y calidad debido al uso excesivo de la calefacción y al aire seco. Esto provoca que se evaporen rápidamente, causando picazón, sensación de arena, resequedad, fatiga visual y visión borrosa. Para reducir estos síntomas, es aconsejable regular la intensidad de la calefacción y usar humidificadores de ambiente en lugares cerrados. Además, el uso de lubricantes oculares de forma regular, preferiblemente sin preservantes para evitar reacciones alérgicas, es esencial.
Asimismo, la especialista señala que es importante utilizar anteojos de sol, aunque no parezca necesario durante esta temporada. Estos, “protegen los ojos de los reflejos intensos que se generan en actividades al aire libre, como en la nieve, y filtran los rayos UV que pueden dañar la retina. Además, ayudan a proteger los ojos del aire frío, que acelera la evaporación de la lágrima”.
Otra recomendación es pestañear de forma voluntaria regularmente, lo que mejora la cantidad de lágrima y su mantenimiento en la superficie conjuntival.
Finalmente, mantener una buena hidratación y una alimentación rica en frutas, verduras y ácidos grasos como el omega-3 es fundamental para la salud ocular. Siguiendo estos consejos, proporcionados por, se pueden mitigar las molestias oculares y proteger la salud de nuestros ojos durante los fríos días de invierno.
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