Cambio climático: Una responsabilidad ética de todos y todas

Luis CarrascoPor

Luis Carrasco Garrido,

Ingeniero, director del Programa de Gestión del Riesgo y Cambio Climático (UTEM)

Con un territorio tan particular, que incluye una gran variedad de ecosistemas, la diversidad geográfica de Chile nos expone a una amplia gama de impactos relacionados con el cambio climático.

Tal como indica en reiteradas ocasiones un reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, instancia creada en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa Ambiental de Naciones Unidas), nuestro territorio enfrenta con mayor frecuencia y poder de destrucción riesgos de desastres naturales. Incluso, con posibles manifestaciones de eventos extremos como sequías, inundaciones, olas de calor, deslizamientos de tierra y aumento del nivel del mar, entre otras.

Es un hecho que el cambio climático fuera de control puede dificultar hasta lo imposible la existencia humana en la Tierra. Y en momentos en que conmemoramos el Día Mundial del Medio Ambiente, es necesario que asumamos -como sociedad- una mayor conciencia, educación y comprensión sobre este tema.

Falta de conciencia, desconocimiento, influencias culturales y sociales, dificultades en la toma de decisiones e -incluso- la negación del cambio climático son factores que fomentan conductas contradictorias, desinformadas y contrarias a un comportamiento ético frente al cuidado del planeta.

Sin duda, son necesarias las políticas de mitigación y adaptación, con acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, fortalecer la resiliencia de las comunidades frente a eventos complejos y promover prácticas sostenibles en sectores clave, como agricultura, energía y transporte.

Pero también es importante promover una mayor conciencia, educación y comprensión sobre el tema. Al proporcionar información clara y accesible sobre el cambio climático, teniendo en cuenta la responsabilidad individual y colectiva y solicitando políticas y prácticas sostenibles, es posible orientar las conductas de las personas.

Frente a un compromiso ético ineludible que tenemos todos y todas con la vida justa y de calidad, es oportuno y fundamental preguntarse qué estamos haciendo para mejorar la condición actual y preguntarnos si estamos preparados para enfrentar las consecuencias del cambio climático en caso de no hacer nada.

Que esta fecha nos sirva como llamado para abordar los desafíos que esta realidad impone al país y nos permita trabajar hacia un futuro más sostenible y resiliente frente a los impactos climáticos.

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