Con estas actividades las mujeres que se capacitaron en las técnicas del tejido con fibra vegetal pita, dan inicio a un ciclo de mediaciones culturales abiertas a la comunidad.
Un grupo de 14 mujeres, monitoras de talleres laborales de la comuna de Tomé, culminaron una etapa de formación en las técnicas de la cestería con pita, gracias al proyecto “Tejiendo redes de fibra vegetal”, financiado por el Fondo Nacional del desarrollo cultural y las artes. Línea Formación en artesanías, Región del Biobío, Convocatoria 2025. La iniciativa les permitió innovar en la oferta de creaciones que presentan a la comunidad y visitantes de la zona, además de reactivar un oficio tradicional que formó parte de la historia textil de la comuna.
Tras dos meses de aprendizaje, las participantes se preparan ahora para compartir lo aprendido con la comunidad a través de un ciclo de mediaciones culturales, las que se abrieron el miércoles 22 de octubre con la primera presentación de la exposición Canasto Tenaz, en la sede de la Unión comunal de huertos orgánicos, UCHO Tomé.
Las mediaciones se presentan como un espacio de encuentro y transmisión de saberes, donde las mujeres traspasarán las técnicas de la aduja, el embarrilado y el entramado doble a quienes deseen participar.
“Es una especie de retribución y práctica en la cestería por parte de las monitoras, aunque ellas ya tienen harta experiencia laboral en talleres, esta es su primera vez enseñando una artesanía”, señaló Natalia Vásquez, directora de la iniciativa, con respecto a la relevancia de la formación que recibieron las mujeres, enfocada en su totalidad al traspaso exclusivo de la cestería con Phormium tenax, más conocida como pita.
En este sentido, desde Tomé Alto, Patricia Elizabeth Torres Alarcón, una de las participantes de la formación, destacó la riqueza del oficio y extendió la invitación a la comunidad. “En los talleres formativos, tejiendo descubrí que no solo la pita se puede tejer; hay un mundo por descubrir de más hojas y plantas con la que tal vez podamos dar vida a un trabajo, ya sea creando un canasto, paneras o bolsos. También descubrimos que a crochet se puede tejer pita y queda hermosa; las técnicas no son difíciles y cada persona tiene la experiencia en tejer lo que se le haga más fácil. Por ejemplo, la técnica de la aduja y el embarrilado, que es lo que más me gustó”.
Por su parte, Maritza Rossel Chavarría, valoró la oportunidad de reconectar con un saber ancestral. “Quería retomar esta técnica de nuestros antepasados, ya que tenía una pequeña base aprendida de una antigua tejedora de la comuna y quería complementarla. Espero que las participantes continúen con la motivación de seguir con esta técnica maravillosa, que requiere paciencia, pero que entrega mucha satisfacción”.
Cabe señalar que para participar de las mediaciones culturales se debe escribir a las redes sociales de la iniciativa, ‘Artesanía en Pita Phormium Tenax’.

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